Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, Corea anunció su independencia, pero pronto surgió un nuevo conflicto: La guerra entre el norte y el sur: 1950- 1953.
Los 100 mil kilómetros cuadrados de Corea del Sur quedaron en ruinas tras la guerra interna. Su gente no tenía comida, estudios ni tecnología. La pobreza era dueña y señora de todo el país.
REVOLUCIÓN EDUCATIVA YMILAGRO DEL RÍO HAN
Tras la guerra con Corea del Norte, Seúl impulsó la “Nueva Educación” para salir de la pobreza.
Entre los años 1954 - 1959 construyeron 30 mil aulas.
En 60 años y con siete reformas curriculares, la revolución educativa ha sido exitosa para los casi 50 millones de habitantes de este país.
Según el Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de Corea del Sur, las exportaciones pasaron de 54 millones de dólares en 1962 a 400 mil millones de dólares en 2008.
El milagro del río Han, como también se le conoce al desarrollo de Corea del Sur en honor al río que cruza Seúl, logró que el ingreso per cápita saltara de 110 dólares en 1962 a 20 mil dólares en 2008.
PRIMARIA OBLIGATORIA
Los niños gozan de educación primaria obligatoria y gratuita, con almuerzo incluido.
El Ministerio de Educación está pendiente de los padres que no envían a sus niños a las escuelas. Los primeros tres años de la escuela secundaria también son obligatorios.
En promedio, los alumnos estudian diez horas al día y el gobierno impulsa el proyecto “escuela después de clases”.
Otros niños toman lecciones privadas de música, bellas artes, ballet, artes marciales, danza, matemáticas e inglés.
El sistema educativo de Corea del Sur se divide en tres años de preescolar, seis de primaria, tres de secundaria básica, tres más del ciclo superior de la secundaria, cuatro años de universidad y luego posgrados y maestrías.
El embajador de Corea del Sur en Nicaragua, Soon Tae Kim, dice que tienen gran entusiasmo, pasión e interés por la educación y que el gobierno está enfocado en los niños con más dificultades para estudiar. El objetivo es “equilibrar” los conocimientos entre los alumnos.
“El presidente de Estados Unidos, (Barack) Obama, está muy interesado y es porque la educación en Corea ha sido un motor del desarrollo económico del país y también es parte del avance social y eso es muy importante, y tradicionalmente los coreanos le han dado gran importancia a la educación personal”, dice Kim.
En 1996, el 98.7 por ciento de los estudiantes egresados de secundaria ingresaron a la escuela preparatoria.
MAESTROS CON BENEFICIOS Y GRANDES RETOS
Los coreanos estudian mucho y el gobierno ha invertido miles de millones de dólares en el sistema educativo, hasta lograr que los maestros de primaria tengan sueldos que van de los 3 mil 500 a los 4 mil dólares.
En Nicaragua un maestro de primaria gana 200 dólares.
Kim dice que cuando un maestro en Corea del Sur cumple tres años de impartir clases, es obligado a tomar un curso de formación regular. El gobierno apoya los gastos.
Más de dos veces al año los maestros deben impartir lecciones en público para que se conozca la calidad en la enseñanza.
El año lectivo de las escuelas en Corea del Sur es de 220 días. La primaria incluye las asignaturas de idioma coreano, cívica, ética, matemáticas, ciencias, artes plásticas, deportes, música, pintura e inglés.
La ética en la educación, dice el embajador Kim, es importante. La ética también ha sido estricta con los funcionarios públicos.
En años recientes, dos presidentes de Corea del Sur tuvieron que ver el arresto de sus hijos, quienes habían cometido actos ilegales. Y un canciller fue obligado a renunciar cuando se conoció que su hija había sido contratada en el Estado mediante procedimientos irregulares.
Los funcionarios públicos en Corea del Sur deben aprobar una serie de exámenes y requisitos para que los mejores trabajen en el Estado.
LA POBREZA
Cuando estaban en la pobreza, dice el embajador Kim, los coreanos emigraron a Latinoamérica, principalmente a Brasil. Durante sus dos meses de viaje los padres se tomaban espacios en los barcos para convertirlos en escuelas y educar a sus hijos.
En Corea, los años 50 y 60 del siglo pasado fueron difíciles. El embajador Kim dice que estaban en cenizas. Los adultos comían dos tiempos: Desayuno y cena.
El Estado decidió invertir más del 60 por ciento del presupuesto en la educación primaria. Para el año 2008, explica Kim, el 99 por ciento de los alumnos de primaria asistía a centros públicos y la tasa de analfabetismo en los adultos había bajado al 1.7 por ciento.
Corea del Sur tiene 5 mil 813 escuelas de primaria y apenas 75 son privadas, 17 son estatales y 5 mil 721 son públicas, es decir fundadas por los gobiernos regionales.
“Corea era muy pobre en la década de los sesenta y no podía resolver el problema de la comida y en esa década la mayoría de la gente podía comer dos tiempos: El desayuno y la cena, pero los padres empeñaban la vida para enseñar a sus hijos (...) Una familia empeña su vida para sus hijos y esa ha sido una pasión, un interés, un entusiasmo”, relata el embajador Kim.
LA LUCHA POR LA TECNOLOGÍA
En medio de la pobreza, en los años sesenta Corea del Sur envió a sus mejores estudiantes a Estados Unidos. Kim dice que la mayoría volvió al país, pero otros no.
El gran problema que tenía Corea del Sur en esa época, además del hambre, era la falta de tecnología. La industria de la maquila ayudó al país.
“A través de estudios y educación, a través de inversiones muy intensas en las décadas de los sesenta y setenta, en un espacio de 15 años nosotros acumulamos tecnologías a través de la industria maquiladora”, precisa Kim.
Corea del Sur impulsó una política de Estado con planes quinquenales enfocados en la educación, tecnología y búsqueda de solución al hambre.
“Así salimos del hambre en los setenta, pero continuaba la pobreza y entonces el presidente decidió invertir más en el futuro, en la industria pesada”, comenta Kim.
“En los sesenta empezamos a industrializar el país, empezamos con la industria automovilística, los vehículos, la construcción naval, siderurgia y empezamos a construirlos a partir del año 1975 y empezamos copiando, negociando con los japoneses y estadounidenses, ellos visitaron las instalaciones coreanas para aprender su tecnología”, añade.
La planta industrial Hyundai está ubicada en Ulsan, ubicada al sureste de Corea del Sur.
Cada año se construyen 120 buques en esa planta industrial, equivalente al 15 por ciento de la producción mundial.
OBSERVAR Y APRENDER
Kim dice que los coreanos son buenos a observar y aprender.
Además de la Hyundai, cuarto productor mundial de vehículos y primero de buques, también tienen al gigante de la industria electrónica: Samsung.
Esta historia le gusta al embajador Kim. En los años ochenta el presidente de la japonesa Sony dijo que Samsung no estaba lista para entrar a la industria de la tecnología.
Treinta años después, Samsung genera cuatro veces más ingresos que Sony.
“Ahora Sony está aprendiendo con la Samsung porque antiguamente Sony era la mejor compañía electrónica, ahora es Samsung”, detalla el embajador Kim.
El edificio Samsung D’light, en Seúl expone lo más reciente de los productos de la empresa. Los visitantes pueden probar las computadoras, los teléfonos, los videojuegos, pizarras electrónicas o un televisor que lo integra todo.
Samsung factura 120 mil millones de dólares cada año y cuenta con 157 mil empleados.
 |
Soon Tae Kim. LA PRENSA/ U. MOLINA |
 |
Corea del Sur, tiene una extención territorial mayor que el departamento del Cuzco pero menor que el de Loreto |